viernes, 11 de septiembre de 2009

Arte para sanar, arte para transformar.


Ya había subido esta imagen cuando les conté sobre el Museo de la Memoria en Ayacucho. Creo que es una foto que invita a reflexionar sobre las marcas perpetuas que dejan los actos de violencia en una comunidad. Da lo mismo que haya sido un día como hoy en Nueva York o una década entera en Ayacucho: el dolor, la impotencia, los cuestionamientos, la desesperanza, son los mismos.

Me acerqué a comprender la magnitud de estos sentimientos cuando me invitaron a hacer el siguiente ejercicio: piensa en esa persona que quieres con toda tu alma. Ahora imagina que no la vas a poder mirar, tocar, ni oler nunca más. Duele, ¿no? Ahora piensa en las personas y las ideas que maquinaron el plan que condujo a esa situación ¿En qué se ha convertido tu dolor?


Pienso entonces en qué podemos hacer desde las artes y desde la gestión cultural para ayudar a sanar el alma herida de nuestros pueblos. Se me viene a la mente "Tiempos Nuevos Teatro", en El Salvador. Los talleres de artes escénicas que desarrolla esta asociación se realizan para fomentar la cohesión social y la identidad en la comunidad de San José, provincia de Chalatenango. Muchas de estas actividades se dictan en el río Sumpul, corriente por donde hasta hace algunos años, durante la guerra interna, flotaban y desaparecían los cuerpos inherentes de hombres, mujeres y niños. Así, a través del arte, se limpia la sangre del río y la herida comienza sanar.

Un abrazo,

Glo

Volvió la editora: Mariajosé Correa de http://www.escribo-existo.blogspot.com/

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